jueves, mayo 05, 2005

Livestrong


Por fin he entregado el practicum. Un día antes de la fecha límite, he conseguido entregar las tres copias de rigor a los respectivos profesores, no sin antes tener que pasar por algún que otro apuro de última hora: un grave error que debía ser subsanado en el texto, un profesor que pretendía hacerme ir mañana a Oviedo sólo para llevárselo, las grapas que se negaban a aceptar el montón de folios... He podido arreglarlo todo y, al menos, he tenido tiempo también para tomarme el café mientras leía un artículo en El Mundo acerca de Seamus Heaney y la oficialidá de la Llingua y para estar un rato hablando de lo humano y lo divino (especialmente de esto último). Además, la breve parada por la cafetería me llevó a una curiosa reflexión que venía rumiando los últimos días y que le había comentado a algún amigo.

Adoro las pulseras solidarias que llevan un tiempo marcando las tendencias del proletariado. Es cierto que son un complemento bastante absurdo, que son feas, vulgares e incómodas (creo que no soportaría llevar esa goma en mi muñeca todo el día) pero no puedo pasar por alto su función, su fin último. Hay quien la porta escudándose en el carácter humanitario de las mismas, en la solidaridad y en otras hierbas, pero nada de eso tiene el mínimo valor al lado de su verdadera misión. Esas pulseras resultan muy interesantes (a pesar de todo lo que he dicho) porque, seamos sinceros, permiten distinguir a los cretinos a simple vista. Ya no hace falta mirarles a los ojos o hablar un rato con ellos, como sucedía antes (por lo que nos veíamos obligados a dilapidar nuestro tiempo y nuestra buena voluntad). Ahora basta un furtivo vistazo a sus muñecas para comprobar que nos hallamos ante un individuo con vocación de masa, alienado, con un mundo interior más que reducido. Alguien pensará que esto no es más que una estúpida generalización, que me paso de listo, que el imbécil soy yo. Tiene razón (pero seguro que lleva una de esas jodidas pulseras en la muñeca). De todas maneras, estoy pensando en encargar unas cuantas para distribuirlas por ahí (a cambio de uno o dos euros, claro está) que pongan: REGÁLAME UN iPOD. A ver si cuela.

:: suena :: Elliott Smith - Needle in the hay [BSO Los Tenenbaums].
:: libro junto a la almohada :: Francis Scott Fitzgerald - Hermosos y malditos.
:: película en la retina :: Noche en la Tierra [1991].
:: el invento del maligno :: Off Cinema [La 2].
:: world wide web :: Extendiendo los brazos.

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